jueves, 13 de mayo de 2010
la guerra defensiva
Este sistema se debió al constante empeño del sacerdote jesuita Luis de Valdivia, quien propuso la mantención de la línea fronteriza en el río Biobío y que se desmantelaran por tanto todos los fuertes situados más al sur de ese límite y se renunciara a las posibles conquistas territoriales que se hubiesen hecho hasta entonces. No se debían realizar ataques al territori araucano, ya que la pacificación de los indígenas se debía hacer mediante misioneros que se internarían a predicar la fe y los principios de la civilización cristiana. De acuerdo a este plan, al dejar a un lado la violencia física, se permitía la difusión de la religión y la civilización de los araucanos. Debido al apoyo logrado en la corte de España, el plan del jesuita se puso en práctica en 1612, en medio de la alarma de los encomenderos, que consideraban este intento como poco adecuado y peligros. El asesinato de los primeros misiones que se internaron en la zona -entre ellos los sacerdotes jesuitas Martín de Aranda y Horacio Vecchi, en Elicura-, provocó el fracaso del ensayo y debió retornarse a la lucha armada.
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